Por Juan Tomás Valenzuela
En la casa de Quiroz
robaron mientras dormía,
llevándose joyerías,
cheques y un saco de arroz,
el radito Magnavox
que escuchaba don Manuel,
un cepillo de mujer
que él usa para su pelo,
chancletas, toalla, espejuelos
y un CD de Raphael.
El grupito de malandros
que irrumpió en su habitación,
se metió por el balcón
del cuarto que queda al lado.
“Me agarraron descuidado”,
dijo al referirse al hecho,
yo siempre estaba al acecho
porque en estos condominios,
no hay ventanas de aluminio,
sinó de vidrio malhecho.
“Me siento desconsolado,
pues se lleván mi consola,
que era una antigua Vitrola
que estaba en muy buen estado”.
“Todavía estoy asustado”,
dijo, hablando del ladrón.
Que entren en su habitación
para nadie es un guandúl…
y a sigún Monchy Fadúl,
esto solo es peicepción.
6 junio 2018